Curioso, curioso y sobre todo desconcertante como
se ha actuado frente a la acciones, nada empáticas por cierto, de las empresas telefónicas
dados los impagos de sus usuarios; impagos
que dicho sea de paso, se deben a que en
su mayoría son muchos los que no trabajan desde hace más de ochenta días,
evidentemente no porque lo deseen.
Y es que esta emergencia sanitaria no solo
ha generado enormes pérdidas en sus negocios o ha hecho que sus ahorros se desvanezcan como una pila de
arena en el desierto; son muchos los peruanos que ni siquiera podrán levantar la cabeza o
mirar un mañana tras este presente que les resulta terriblemente crudo y devastador, que se está llevando por delante
a todos aquellos a los que el gobierno ha dado la espalda.
Aunado a estas preocupaciones, que no son pocas, y generando una presión que roza con la extorsión, estas empresas comenzaron a anunciar que cortarían definitivamente el servicio telefónico a todos aquellos que no accedieron al fraccionamiento de sus pagos, que no solo no fue voceado como, curiosamente suele hacerse a voz en cuello en lo que respecta a sus promociones u ofertas de migración móvil.
Fue tal el escándalo, desparpajo y poca sangre en la cara que tuvieron estas empresas, al pasar por encima de lo vital e importante que es el servicio de internet y telefonía, que tuvo que darse un nuevo plazo para los usuarios. Así entonces, pese a que siga sin tener dinero en el bolsillo, este exprimiendo hasta el último céntimo para llegar el fin de mes o le estén pagando la mitad de lo que antes ganaba, usted tendrá inevitablemente que pagar por un servicio que hallegado a su hogar y ha recibido ralentizado y limitado en los últimos meses, con fraccionamiento claro que sí, pero que en definitiva algo que será abonado de manera íntegra. Usted no gana pero ellos sí. Siempre lo hacen.
Los cuestionamientos que surgen aquí son muchos, siendo tan necesario y vital que el flujo económico en lo que respecta a la telefonía no se detenga, ¿por qué no se da la misma importancia a la vigilancia de precios en lo que refiere a los productos de índole farmacéutica, siendo tantos los que están muriendo al no poder acceder, por ejemplo, a un simple balón de oxígeno que hoy cuesta más del 300 por ciento?
Se puede pensar que hay organismos regulando esto; no obstante, si han escuchado que la justicia nunca es igual para todos, hoy más que nunca esto se evidencia con las acciones de Osiptel, institución que ha sido siempre ambigua en lo que respecta a la defensa del usuario promedio. Si anteriormente sentíamos pisar un terreno irregular, parcializado e incluso injusto, cuando de hacer un reclamo se trataba, hoy sabemos que estamos más solos que nunca, como son las cartas y de que lado, tristemente, está la balanza.
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