viernes, 20 de noviembre de 2015

De redes sociales, atentados y otros demonios

Hace poco el mundo se estremeció cuando se llevo a cabo el atentado a París en Bataclan por parte del grupo terrorista ISIS más conocido como el Estado Islámico (EI), la capital de Francia era victima de un feroz ataque que cobro la vida de más de cien personas.
Pocas horas después del atentado en un intento por lucrar con el dolor de un país producto del éxito que la bandera multicolor del movimiento LGBT  había tenido en los usuarios de tan popular red, la compañía de Zuckerberg decidió en una campaña de marketing «solidario» brindarle la opción al usuario para que pusiera en su foto de perfil un filtro con los colores de la bandera de Francia como una manifestación de empatía ante los ataques terroristas. 

La respuesta de los usuarios fue inmediata, ¿Cómo era posible que el atentado a París tuviera tal repercusión y muestras de solidaridad cuando durante cinco años se ha bombardeado Siria y jamás se ha hecho algo semejante?


Lo cierto es que las múltiples reacciones no se hicieron esperar, entre ataques y respuestas sórdidas o extrañas, no nos enfocamos en lo verdaderamente importante, al aceptar los atentados en París como una situación que debe ser objeto de solidaridad inmediata, por las perdidas humanas y  la vulnerabilidad de un país, estamos poniendo el atentado en Bataclan por encima de otras situaciones parecidas.  

Entre otros factores, implícitamente se afirma algo importante: que la vida  de los ciudadanos sirios, palestinos, iraquíes, libanos, etc no posee el mismo valor que la vida de un ciudadano europeo occidental, no merece el mismo respeto ni reconocimiento, o, ser objeto de solidaridad y que  el mundo se conmueva por su dolor, porque al afirmarlo como tal, al reconocerlo como real, entonces toda la fábula que los métodos invasivos de los grupos de poder occidentales en países de medio oriente son necesarios, porque estos son terroristas que imponen muerte y horror, se vendría abajo y junto a esto la significativa ganancia económica  que la guerra  les representa.

Es difícil saber que forma de actuar y reaccionar es la correcta, el fenómeno dado en facebook por las banderas tanto del LGBT  y Francia, nos dice dos cosas: que estamos dispuestos a reconocer solo aquello que este en nuestro eje de visión sin mirar más allá y que somos altamente influenciables. 

Por otro lado el tener esta información y mantenernos al margen del fenómeno desatado en tan popular red social no nos da bajo ninguna circunstancia el derecho de ofender al resto; ataques como «tu foto de perfil dice Francia pero tu cara dice Puno», no nos une ni edifica como seres humanos, no hace mejores personas ni pone por encima del resto al que creo la imagen, fomenta los prejuicios y estereotipos que retrasan la unificación de nuestro país como tal.

No es necesario ofender a alguien solo para convencerlo que nuestra opinión es la adecuada, los feroces ataques que se han emitido desde la semana pasada contra aquellos que pusieron en su foto de perfil la bandera de Francia no cambia las cosas, por otro lado nuestra realidad no se cambia con banderas pero tiene una suerte de efecto reconocedor.

 ¿Porque esperar a que miles tengan en su foto de perfil la foto de Francia para poner en nuestra foto la bandera de Siria?, no existe una iniciativa propia, somos altamente influenciables a tal punto que solo reaccionamos cuando alguien ha hecho otra cosa, 

Antes-de-cambiar-tu-FOTO-DE-PERFIL-POR-LOS-COLORES-DE-FRANCIA-05-min
Mientras escribo esto algún país europeo bombardea una nación africana, Francia dispara sobre el Estado Islámico (EI) pero los ataques solo desembocan en la muerte no de terroristas, sino de sirios inocentes habiendo entre estos niños muy pequeños, probablemente muchas mujeres estan siendo abusadas sexualmente en este momento, luego de haber sido secuestradas  y apartadas de la vida que hasta entonces conocían, del mismo modo alguien es asesinado por unos pocos billetes mientras se firma algún tratado o convenio que solo nos significa pobreza y contaminación.

Creemos que la única realidad que el mundo posee es la que nosotros podemos ver, pero incluso en nuestra nación existen muchas vertientes, mientras miles se desconectan de la realidad a través de los grandes medios de comunicación o Internet, son muchos los que viven en condiciones infrahumanas, secuestrados, victimas de vejamen y tortura.



No existen banderas para esto, porque no reconocemos lo que no nos ha pedido atención, porque aún no somos conscientes de la existencia de un otro, no estamos preparados para luchar por alguien sin esperar nada a cambio, sin reconocimientos o adoraciones, para dar sin esperar, esto no se consigue con banderas o hablando visceralmente mal de estas, solo se alcanza cuando somos conscientes que no estamos solos y que cada acción contra cualquier ser humano merece nuestra atención y reconocimiento aunque esto no nos de «likes» o sea parte de un «trending topic», sino por que nos enorgullece a nosotros mismos y no necesitamos más que eso, una paz y orgullo personal que no se alimenta por una tendencia sino por nuestro propio crecimiento como seres humanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario