miércoles, 4 de enero de 2017

Acerca de Rebelión en la granja


"Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros".
Rebelión en la granja (1945) 
Este año inicie mis lecturas con un libro icónico y fabulesco, perteneciente al reconocido escritor británico George Orwell, que a manera de sátira nos narra con inocencia las peripecias de un grupo de animales de la "Hacienda Solariega" y el cómo motivados por un anciano cerdo deciden rebelarse contra su amo el Señor Jones y sus peones, encontrando la oportunidad una tarde en la que estos últimos los hacen padecer hambre durante días. Luego de este suceso renombran a la granja como  "Granja Animal", estableciendo 7 mandamientos que regirán en adelante el modus vivendi de los animales, dirigidos por los cerdos, considerados los animales más inteligentes en toda la granja.


Con el tiempo, el ideal sobre el que se habría llevado a cabo dicha rebelión se va desfigurando y con el exilio de uno de los dos cerdos al mando, Bola de Nieve, se consolida un sistema que en adelante buscara el beneficio de una élite, la de los cerdos.

Con Napoleón, el otro cerdo, a cargo  los mandamientos de la granja no solo empiezan a contradecirse, si no que también la libertad soñada se convierte en una quimera,  poco a poco los animales van trabajando más que antes y alimentándose menos, siendo constantemente apabullados por cánticos y discursos que buscan  convencerlos de que viven  no solo mejor que antes si no en la dicha completa del trabajo sin descanso, laborando por y para ellos, no obstante y con el tiempo los cerdos  terminan por traicionan  completamente los ideales de la revolución inicial,  llegando incluso a tratar con los humanos,  caminar sobre sus patas traseras, vestir su ropa e invitarlos a ver el sistema de su granja que vuelve a llamarse Solariega,  no pudiendo los demás animales  distinguirlos ya de los hombres.




"En cambio—no sabía por qué—, habían llegado a un momento en el que nadie se atrevía a decir lo que pensaba, en el que perros feroces y gruñidores andaban por todas partes y en el que había que presenciar como despedazaban a camaradas que habían confesado crímenes atroces".

En definitiva esta es una alusión a la revolución rusa y posteriormente a la URSS, que le valió a Orwell ser un perseguido y sobre todo victima de la indiferencia de las editoriales de la época que intimidadas y temerosas por la reacción del gobierno de Stalin, decidieron no arriesgarse a publicar la obra de Orwell siendo una pequeña editorial la que asumiera dicho riesgo con un limitado numero de ejemplares del mismo.

Países como Ucrania, Birmania y Zimbabue  entre otros vieron en la fabulada narración una conexión con sus vivencias, replicando dicha obra, incluso de manera ilegal. Teniendo como resultado nuevas persecuciones y asesinatos.

La historia que nos presenta Orwell no es ajena al resto del mundo, una dictadura se derrumba y en ese mismo instante se edifica un "gobierno democrático" que utiliza las mismas tácticas de manipulación para mantener en la ignorancia al resto de la población, en ese sentido esta historia también es la nuestra.

Pese a las diferencias son mayores nuestras similitudes, es duro admitirlo, pero  la humanidad ama la tiranía, su metodología, la manipulación, ama a los dictadores, sus palabras envolventes, sus tácticas de miedo, pese a que no querer reconocerlo estamos inclinados a abrazar sin condiciones la corrupción y el totalitarismo. 


Más allá de un porqué, existe un cómo, ¿Cómo llegamos a estar  condicionados a aceptar sin protestas, la corrupción, el totalitarismo y la desinformación descarada?, simple y sencillamente por falta de educación. Y es que ignorancia es la piedra angular del poder.

 La educación que hoy en día se recibe se encuentra sesgada, en decadencia e  incompleta,  por qué todo aquello que se nos enseña tal y como en el libro llega a nosotros de manera parcial  y deforme;  esta estrategia no es nueva, no solo nos nos brindan la información correcta si no que a cambio de esta nos apabullan con distracciones que tampoco son nuevas. En la Edad Media los hermosos vitrales de las catedrales e iglesias servían para distraer al campesinado de sus verdaderos problemas, prometiendo mediante la belleza de los mismos una recompensa celestial a su trabajo sin descanso, al hambre padecida, las enfermedades, la peste, el dolor de la mortandad infantil, la ignorancia a la que se venia condenados, todos y en lo absoluto, todos estos padecimientos y dolores serian recompensados en el paraíso y a través de dichos vitrales,  el Clero motivaba al campesinado a seguir trabajando sin descanso, una distracción que beneficiaba indudablemente a este.


“Los animales que estaban fuera miraban a un cerdo y después a un hombre, a un hombre y después a un cerdo y de nuevo a un cerdo y después a un hombre, y ya no podían saber cuál era cuál.” 

Lastimoso pero cierto, un gobierno sea toalitatrio o no (aunque esto sucede mayormente en los que sí lo son), siempre va acompañado de un preparado sistema de manipulación de masas, sea la Iglesia, los medios de comunicación con una irrisoria y vacía programación, canciones, deportes, artistas, eventos e incluso tragedias, todo aquello que pueda brindarnos seguridad ante un sistema, que por otro lado viola y corrompe una nación,
Los perros de Napoleón representan el sistema militar del que cada gobierno totalitario se ha servido para oprimir, torturar y "desaparecer" cualquier tipo de amenaza, Moisés, el cuervo, es la Iglesia que promete los placeres tras una infeliz vida y así cada animal de esta historia significa algo que es fácilmente distinguible también para nosotros, los cerdos se apalancan en una superioridad ficticia, aceptada por convención social y sin cuestionamientos,  para ponerse por encima del resto de los animales, siendo muchos de ellos demasiado estúpidos para darse cuenta de lo que en verdad sucede, como es el caso de las ovejas y las gallinas.



 Si algo podemos aprender de esta historia y de nuestra propia historia (la de las dictaduras vividas) es que librarnos del legado que el totalitarismo ha dejado no es tarea sencilla, tras muchas décadas de condicionamiento a obedecer sin miramientos  lo que se nos muestra, se hace difícil enseñar a nuestras sociedades a cuestionarse a si mismas y a  sus gobiernos.

Sin embargo, ahora más que nunca tenemos a nuestro alcance distintos canales de información, la educación no se encuentra solo en las aulas, la lectura no es más solo parte de una élite y se hace necesario hoy más que nunca conocer nuestra historia, amar nuestras letras para que la educación no sea algo quimérico como tampoco el verdadero crecimiento cultural y entendimiento de la humanidad.

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