sábado, 8 de agosto de 2015

¿Qué haz hecho tú por ser feliz?

La depresión junto al cansancio son anomalías comunes en el presente siglo, es natural que frente al dolor y la adversidad reaccionemos de formas distintas, pero lo cierto es que existen momentos en los que no parece hallarse una salida, la situación vivida se agrava y va consumiendo lo que somos, nos sentimos completamente solos e inválidos frente a un obstáculo que vorazmente nos consume y aleja de las personas que más queremos. 

Vivir con depresión no es fácil y más si esta es causada por una enfermedad que no solo nos limita físicamente, sino que además afecta nuestra percepción sobre nosotros mismos, una tragedia o suceso contraproducente pueden también producirla, en ambos casos  nuestra autoestima  es susceptible a la depresión, porque conforme a nuestra perspectiva sobre la realidad o la que consideramos como tal, tratamos a las personas de nuestro entorno. 

Existen muchas cosas que nos han de ocurrir a lo largo de nuestra vida, pero lo cierto es que solo una cosa es cierta: no podemos controlar los elementos externos o colaterales que nos rodean. Debemos aceptar la posibilidad de un accidente o suceso  "improbable" como algo factible y saber que si bien no estamos preparados para esto no debemos dejar que una infeliz circunstancia decida por nosotros y nos adjudique un animo de desolación e infelicidad vitalicia.


 ¿Qué has hecho tu por ser feliz?, cuando Lupe Maestre, reconocida psicóloga radial,  le pregunto esto a una mujer que llamaba para expresarse sobre el tema del día (la menopausia) a la vez que afirmaba tener más de cincuenta, parecer de treinta y ser profundamente infeliz (tenia artrosis, sus hijos no la entendían y además era viuda),  presté suma atención. 

Y es que muchas de las afirmaciones que hacia  parecían ser congruentes, ¿Qué nos lleva a derruir nuestra  identidad hasta el punto de aceptar la infelicidad como un estado emocional cotidiano?,  somos  constructores de nuestra existencia, tomamos el día a día y hacemos de eso algo que para nosotros sea importante, aunque lo odiemos o no,  es algo a lo que decidimos darle poder.

Del mismo modo esta mujer, para Maestre, había tomado su enfermedad y viudez  como "piedras calientes", había decidido entregarse al dolor sintiéndose inocente, pero lo cierto es que no lo era, porque si bien no tenemos poder sobre las circunstancias  definitivamente poseemos todo el control sobre nuestro accionar frente a estas adversidades.  Debemos de tener el valor de afirmar que ser feliz o infeliz es nuestra responsabilidad, hemos decidido tomar el dolor como un impulso o  un obstáculo, pero en definitiva no existen mayores responsables que nosotros mismos. 

Finalizando la consulta, la psicóloga afirmo que se debe buscar el el amor no por compasión sino por la alegría, esta mujer había decidido de manera inconsciente mover el afecto de sus hijos por la lástima y no por el valor al enfrentar estos desafíos que  no buscó, mas  a los  que  debía enfrentar. 

Ella había generado una especie de adicción al sufrimiento por lo que no encontraba  una forma de disfrutar lo bueno que la vida le daba, había en sus  palabras un discurso de lamento, ante la depresión debemos de comprometernos con nosotros mismos, tomar consciencia de nuestra existencia, pedir ayuda y construir una nueva forma de pensar sobre nosotros. 

Sentirse plenos con lo que somos significa trabajar  sobre lo que nos brindaron para forjar nuestra personalidad en la infancia y pese a eso, descubrir que somos genuinamente, cual es nuestra identidad y elegir que nos define,  que queremos  y para que estamos aquí. 

Si bien no elegimos donde nacer, es la  voluntad  de estar en otra parte o mejorar lo que nos impulsa, tenemos el sentido común para discernir lo que es correcto de lo que no, el libre albedrío nos hace ser protagonistas de nuestro día a día, decidimos ser lo que somos, si venimos de hogares  disfuncionales e impositivos elegimos alejarnos y nutrir nuestra autoestima y personalidad de otros elementos o consumirnos por la forma de pensar de la comunidad de la que somos parte.

En palabras de Maestre tú decides cuanto peso sacar o poner en tu mochila.

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