viernes, 5 de junio de 2015

Los sueños y metas


Sí, es bonito soñar sin descanso, imaginar la vida resuelta y sonreír con ingenuidad. Pero no solo es esto, es hacerlo, emprender marcha. Resulta más sencillo emprender vuelo en el mundo de ensueño que comenzar a trabajar en ello en nuestra realidad, todo es cuestión de practica y llegar a ello nunca
es fácil.

 Si deseamos llegar a alguna parte necesitamos desoír a los soñadores que no creen en el esfuerzo, que no le tienen fe a las caminatas largas, que prefieren vivir en el sueño que ir hacia él. Somos dueños de nuestro destino y lo más penoso es que lo sometemos a otros
.
Personas que queremos y a la vez nos desconciertan, por  temer a lo incógnito, estar a salvo siempre, sin vivir,  sin arrepentirse, sin tener miedo constantemente aquel miedo que nos vuelve mas fuertes.

Debemos desoír no el canto de la sirena que nos llama a envalentornarnos contra el sistema y nos invita a vivir una existencia de la cual sentir orgullo si no a aquellos pobres soñadores que se han convertido en lastimeros hongos, vegetando en el día a día y culpando otros del desatino de sus acciones, ejercitar un  músculo nunca es fácil, comenzar a leer más criticar menos, es preferible quedarnos a la sombra evitar el embarazo, el estupor, el patético temor al que dirán de los demás, debemos desoír las ideas nuevas que llegan a nuestra puerta y nos invitan a vivir en la mediocridad, una mediocridad que nunca incluye recompensas pero si demasiada frustración.

 Encaminarse es penoso al principio pero inevitablemente liberador si persistimos en vivir la vida que queremos para nosotros y no la que nos impone el miedo a hacer que nuestros sueños seo conviertan en nuestra realidad.

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