jueves, 18 de junio de 2015

Cuba sin revolución

Asesinado muchas veces por el gobierno norteamericano,  acusado constantemente de realizar campañas conspirativas contra Etados Unidos y su "libertad", Fidel Castro  hoy es al fin  un hombre de ochenta y ocho años que se encuentra más allá del fuego cruzado. 


Su vida dedicada al porvenir  de un país caribeño nos ha dejado una importante lección y,  podemos o no estar de acuerdo con la forma en la que se ha desenvuelto políticamente desde los años 60  en Cuba pero, lo cierto es que este país no sería la mitad de lo que hoy es sin él y,  posiblemente seria la colonia más violentada por  Estados Unidos. No poseería los altos índices de educación, no tendría tampoco como
rasgo diferenciador la supervivencia y la solidaridad en un mundo que los aisló y dejó a merced de la voluntad estadounidense.

Es  difícil imaginar una Cuba sin Fidel, tan difícil como nos es muy sencillo  concebir y soñar con  una Palestina sin Israel. Pero, si miramos atentamente observaremos que,  muy cerca del  territorio cubano,  encontramos  un país que,  valiéndonos de la  teoría de los mundos posibles es la Cuba sin revolución.

 Haití , nación centroamericana, que vive en una época remota de esclavitud y pobreza, en pleno siglo XXI. Imagino los rostros quebrados de los haitianos, que comen apenas tortillas de arcilla y arroz, ciudadanos que trabajando más de dieciséis horas solo consiguen ganar cuatro dólares al día, la mirada llena de temor y dolor de  pequeñas niñas arrojadas al mundo por una sociedad indiferente, obligadas a hacerse mujeres para sobrevivir en un medio hostil. 

Recordemos el terremoto de 2010, que puso en evidencia la miseria haitiana, miremos con celeridad los múltiples gobiernos que han pasado por esta nación, empobreciéndola cada día, afeándola al mundo y reclinando su cabeza hasta hacerle  pedir clemencia. Esa es  una Cuba sin Fidel, empobrecida y explotada, la Cuba de hoy que a diferencia de Haití,  para muchos equivale a totalitarismo, abuso y pobreza.

 Se condena a Venezuela por la “miseria” de su gente, se ataca a Ecuador por su plan de impuestos para la herencia, se  nos oculta a Palestina por su sola existencia, tachándola de terrorista e impertinente, pero no se nos  dice nada de la “democracia” haitiana que hoy brilla  en todo su esplendor. Aceptamos sin preocupación el narcoterrorismo en México, pero  nos indignamos agriamente por el infame “sistema” argentino. 

En resumidas cuentas  dejamos que mansamente este doble discurso y proxenetismo de medios dirija nuestros pasos y decida nuestros credos.  

Si de por es difícil imaginar una Cuba sin Fidel Castro,  imagínense el destino de esta nación, que pudo con austeridad, fuerza y determinación sobrevivir a la adversidad, libre del bloqueo norteamericano. El régimen cubano no hubiera conocido limites y no seria difícil atinar a afirmar que probablemente Cuba hubiera sido la primera potencia latinoamericana.  

No olvidemos la visita de Fidel Castro a Vietnam en el año de 1973, Pedro Jorge Solans un periodista, narrador y ensayista argentino esboza muy brevemente la visita a Vietnam del por ese entonces  Comandante en Jefe, hace un comentario muy breve sobre la conferencia de prensa que ofreció a su regreso. Relata que en la misma, el periodista Brian Davis, de una agencia inglesa, le pregunta a Fidel Castro:  “¿Cuándo cree usted que se podrá restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, dos países tan lejanos a pesar de la cercanía geográfica?” El periodista argentino cuenta que,  Fidel lo miró fijamente y,  luego respondió a todos los presentes: “Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano”. Muchos solo atinaron a soltar una risita irónica y Davis se quedo desconcertado, mas hoy esa frontera ya ha sido derrumbada y no es difícil imaginar a Cuba como una Nación empoderada en pleno auge y desarrollo. 

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