Asesinado muchas veces por el
gobierno norteamericano, acusado constantemente
de realizar campañas conspirativas contra Etados Unidos y su "libertad", Fidel Castro
hoy es al fin un hombre de
ochenta y ocho años que se encuentra más allá del fuego cruzado.
Su vida dedicada al porvenir de un país caribeño nos ha dejado una importante lección y, podemos o no estar de acuerdo con la forma en la que se ha desenvuelto políticamente desde los años 60 en Cuba pero, lo cierto es que este país no sería la mitad de lo que hoy es sin él y, posiblemente seria la colonia más violentada por Estados Unidos. No poseería los altos índices de educación, no tendría tampoco como
rasgo diferenciador la supervivencia y la solidaridad en un mundo que los aisló y dejó a merced de la voluntad estadounidense.
Su vida dedicada al porvenir de un país caribeño nos ha dejado una importante lección y, podemos o no estar de acuerdo con la forma en la que se ha desenvuelto políticamente desde los años 60 en Cuba pero, lo cierto es que este país no sería la mitad de lo que hoy es sin él y, posiblemente seria la colonia más violentada por Estados Unidos. No poseería los altos índices de educación, no tendría tampoco como
rasgo diferenciador la supervivencia y la solidaridad en un mundo que los aisló y dejó a merced de la voluntad estadounidense.
Es difícil imaginar una Cuba sin Fidel, tan
difícil como nos es muy sencillo
concebir y soñar con una
Palestina sin Israel. Pero, si miramos atentamente observaremos que, muy cerca del territorio cubano, encontramos un país que, valiéndonos de la teoría de los mundos posibles es la Cuba sin
revolución.
Haití , nación centroamericana, que vive en una época remota de
esclavitud y pobreza, en pleno siglo XXI. Imagino los rostros quebrados de los haitianos,
que comen apenas tortillas de arcilla y arroz, ciudadanos que trabajando más de
dieciséis horas solo consiguen ganar cuatro dólares al día, la mirada llena de
temor y dolor de pequeñas niñas
arrojadas al mundo por una sociedad indiferente, obligadas a hacerse mujeres
para sobrevivir en un medio hostil.
Recordemos el terremoto de 2010, que puso en evidencia la miseria haitiana, miremos con celeridad los múltiples gobiernos que han pasado por esta nación, empobreciéndola cada día, afeándola al mundo y reclinando su cabeza hasta hacerle pedir clemencia. Esa es una Cuba sin Fidel, empobrecida y explotada, la Cuba de hoy que a diferencia de Haití, para muchos equivale a totalitarismo, abuso y pobreza.
Recordemos el terremoto de 2010, que puso en evidencia la miseria haitiana, miremos con celeridad los múltiples gobiernos que han pasado por esta nación, empobreciéndola cada día, afeándola al mundo y reclinando su cabeza hasta hacerle pedir clemencia. Esa es una Cuba sin Fidel, empobrecida y explotada, la Cuba de hoy que a diferencia de Haití, para muchos equivale a totalitarismo, abuso y pobreza.
Se condena a Venezuela por la “miseria” de su
gente, se ataca a Ecuador por su plan de impuestos para la herencia, se nos oculta a Palestina por su sola
existencia, tachándola de terrorista e impertinente, pero no se nos dice nada de la “democracia” haitiana que hoy
brilla en todo su esplendor. Aceptamos
sin preocupación el narcoterrorismo en México, pero nos indignamos agriamente por el infame “sistema”
argentino.
En resumidas cuentas dejamos que mansamente este doble discurso y proxenetismo de medios dirija nuestros pasos y decida nuestros credos.
En resumidas cuentas dejamos que mansamente este doble discurso y proxenetismo de medios dirija nuestros pasos y decida nuestros credos.
Si de por es difícil imaginar una
Cuba sin Fidel Castro, imagínense el
destino de esta nación, que pudo con austeridad, fuerza y determinación
sobrevivir a la adversidad, libre del bloqueo norteamericano. El régimen cubano
no hubiera conocido limites y no seria difícil atinar a afirmar que
probablemente Cuba hubiera sido la primera potencia latinoamericana.
No olvidemos la visita de Fidel Castro a Vietnam
en el año de 1973, Pedro Jorge Solans un periodista, narrador y ensayista
argentino esboza muy brevemente la visita a Vietnam del por ese entonces Comandante en Jefe, hace un comentario muy
breve sobre la conferencia de prensa que ofreció a su regreso. Relata que en la
misma, el periodista Brian Davis, de una agencia inglesa, le pregunta a Fidel
Castro: “¿Cuándo cree usted que se podrá
restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, dos países tan lejanos
a pesar de la cercanía geográfica?” El periodista argentino cuenta
que, Fidel lo miró fijamente y, luego respondió a todos los presentes:
“Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro
y haya en el mundo un Papa latinoamericano”. Muchos solo atinaron a soltar una
risita irónica y Davis se quedo desconcertado, mas hoy esa frontera ya ha sido
derrumbada y no es difícil imaginar a Cuba como una Nación empoderada en pleno
auge y desarrollo.
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