“Yo solía pensar que era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y dañada de la misma forma en que yo me siento.
Me la imagino, e imagino que ella también debe estar por ahí pensando en mí. Bueno, yo espero
que si tu estás por ahí y lees esto sepas que, sí, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú.”
Frida Kahlo
La pintora mexicana, representa un icono, a nivel cultural, como es también un importante referente del feminismo. Con respecto a los temas de la sexualidad y también de la representación del cuerpo, promovió la aceptación de la naturalidad del ser humano con defectos , virtudes, color y credo diversos, no con temperamentales y agobiantes discursos sino con su vitalidad y enmarcados en su propio estilo de vida.
Sus llamativos atuendos primitivistas de la época, poseían elementos que vinculaban a lo citadino y otrora republicano, con la marginalidad y desprecio a la que las culturas indígenas se habían visto sometidas, olvidando su riqueza cultural. Frida las rescató del olvido de la sociedad y las convirtió en un referente de aceptación pluricultural.
Trasluce también la interioridad del cuerpo. El cuerpo de la pintora estaba enfermo, afectado por un devastador accidente en la adolescencia, que la llevaría muy temprano a padecer un terrible dolor por el resto de su vida. Pero, Frida, lejos de sentir compasión y rencor por su destino, hace del dolor una herramienta, no lo rehuye ni sataniza, respira dentro de sí y lo transmite, haciendo de lo corpóreo de un tema recurrente en su arte. Esa anomalía suya la hace un objeto estético, novedad en su época y hasta el día de hoy. Es impactante, inusual e ineludiblemente humana.
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